Tras años gastando dinero en alquiler y sintiendo que tenía poco que demostrar, Jannetta Garrett está construyendo un hogar sano y seguro para su familia.
"Donde vivimos ahora tiene muchos problemas. El tejado se ha hundido seis veces. Hay corrientes de aire y está mal aislado. Las tuberías del baño se congelan cada vez que hace menos de 30 grados, así que tengo que meterme debajo de la casa con un secador de pelo para descongelarlas. Si esperara al casero, pasarían días antes de que lo arreglara".
Además de las elevadas facturas de la luz y el alquiler cada vez más alto, Jannetta dice que su casa actual es demasiado pequeña para las necesidades de su familia. Sus nietos, que la visitan los fines de semana, no tienen sitio para jugar, y no hay espacio para su madre, a quien Jannetta cuida a diario.
"Voy a casa de mi madre dos veces al día, siete días a la semana, para ayudarla, y dos veces a la semana vamos a diálisis. Mi madre vive en un tercer piso y el ascensor se avería con bastante frecuencia, así que tenemos que llamar a los bomberos para que la ayuden a bajar las escaleras; de lo contrario, se quedaría atrapada allí durante días. Pero cuando termine mi casa, se mudará conmigo y será mucho más fácil para los dos".
Jannetta espera con impaciencia el día en que reciba las llaves y dice que lo que más ilusión le hace es dejar de pagar el alquiler y vivir en un lugar que es enteramente suyo.
"Estoy harto de pagar alquiler. El coste siempre sube y no sacas nada a cambio, pero cuando me mude a la casa que he construido, hay sueños que quiero hacer. Tengo grandes planes para pintar y decorar y hacerla realmente mía".